Para Untraflores es claro que la determinación de la Dole redundará en una mayor explotación de los trabajadores de las distintas haciendas en la sábana de Bogotá y en una crecida presión sobre los ingenieros y el personal administrativo. Se trata de aumentar las ganancias de la multinacional a costa de mayores sacrificios y esfuerzos de su masa laboral; el mismo John Amaya reconoció que lanzando al desempleo y al hambre a estas miles de familias incrementará el flujo de caja de la firma en 35 millones de dólares al año. Los más de 2.000 operarios y 1.500 funcionarios habrán de ser reemplazados imponiendo tasas de productividad desmedidas a quienes continúen laborando para dicho consorcio. Con esta voracidad no es de extrañar que la Dole viole todas las leyes y acuda a todas las trapisondas para impedir que el obrerismo organice sus sindicatos y ventile sus reclamos.
Untraflores rechaza enérgicamente la medida de la Dole, que constituye el más grande atropello de la ya larga cadena de abusos; exige que se mantengan en operación las fincas El Corzo y Porcelain y que se garantice la estabilidad de todos sus empleados. Llama a los trabajadores, ingenieros y personal de oficina a no acogerse a ningún plan de retiro, a mantenerse laborando y a estar atentos a las orientaciones de Untraflores y Sintrasplendor para enfrentar esta nueva infamia de la compañía multinacional.
Aidé Silva Mateus
Presidenta
Esperanza
Cerero Alipio
Secretaria
general